viernes, 21 de noviembre de 2008

El guardián entre el centeno

Ivan Shishkin: El campo de centeno (1878)

The Catcher in the Rye
Chapter 22
"You know that song 'If a body catch a body comin' through the rye'? I'd like — "
"It's 'If a body meet a body coming through the rye'!" old Phoebe said. "It's a poem. By Robert Burns."
"I know it's a poem by Robert Burns."
She was right, though. It is "If a body meet a body coming through the rye." I didn't know it then, though.
"I thought it was 'If a body catch a body,'" I said. "Anyway, I keep picturing all these little kids playing some game in this big field of rye and all. Thousands of little kids, and nobody's around — nobody big, I mean — except me. And I'm standing on the edge of some crazy cliff. What I have to do, I have to catch everybody if they start to go over the cliff — I mean if they're running and they don't look where they're going I have to come out from somewhere and catch them. That's all I'd do all day. I'd just be the catcher in the rye and all. I know it's crazy, but that's the only thing I'd really like to be. I know it's crazy."

El guardián entre el centeno
Capítulo 22
—¿Te acuerdas de esa canción que dice, «Si un cuerpo coge a otro cuerpo, cuando van entre el centeno...»? Me gustaría...
—Es «Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno» —dijo Phoebe—. Y es un poema. Un poema de Robert Burns.
—Ya sé que es un poema de Robert Burns.
Tenía razón. Es «Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno», pero entonces no lo sabía.
—Creí que era, «Si un cuerpo coge a otro cuerpo» —le dije—, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.
El guardián entre el centeno
(Traducción de Carmen Criado)
J.D. Salinger

¿Puede uno dedicarse a lo que le gusta?
Teniendo las cosas igual de claras que Holden Caulfield : "Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura", lograríamos la libertad, pero como a él, algo nos impide hacer las cosas que nos gustaría, y si ese impedimento, lo percibimos y lo sentimos en esta novela, es gracias a la manera de narrar de Salinger. "El guardián..." es una obra genial y puede leerse una y otra vez, pues su frescura no se marchita. Narrada por un adolescente, la propia escritura se contagia de la magia de esa edad, en la que se desea salir al mundo y en la que el recinto en el que se haya el yo, está lleno de puertas rotuladas con sugestivos nombres, que se abren y se cierran, y que al final, después de dudar y dudar para elegir una de ellas, se acaba forzosamente en la que pone "salida de emergencia", arrastrado en medio del barullo, ¡con todos los demás!
El guardian entre el centeno, aquí.
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles

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