domingo, 21 de diciembre de 2008

La "PROCTOMAQUIA" o "EL CANTAR DE LOS CULOS"

La "PROCTOMAQUIA"
o
"EL CANTAR DE LOS CULOS"
POEMA ÉPICO-PARÓDICO
de Aristón de Mitiline
Las Horas y las Gracias derramaron sobre ti dulce aceite,
oh culo; ni a los viejos dejas dormir.
Dime, feliz, de quién eres y a qué muchacho
adornas. Y el culo dijo: “A Menécrates”.

RIANO
La Musa de los Muchachos, 38.

Oscuro y fruncido como un clavel violeta
respira, tímidamente oculto bajo el musgo;
el licor del amor todavía lo humedece
y fluye por el leve declive de las nalgas.

PAUL VERLAINE Y ARTHUR RIMBAUD
Soneto al agujero del culo.

a MARCELO GAMARRA,
Hermes organizador de este concurso

a DONNY SMITH,
vocero entusiasta de las Musas amadas

A modo de Presentación
En 1972, cuando murió el arqueólogo Bally Cock, desaparecieron los papiros que él había afirmado haber descubierto en El-Abarca en 1943. Su secretario, el francés Jean-Claude Sevigny, nunca supo responder nada sobre este asunto, a pesar de haber vivido varios años con él y ser el heredero de su biblioteca y de sus manuscritos.
En 1974, en Roma, me encontré con Sevigny por primera vez. Me habló en forma genérica sobre el asunto, como que recordaba lo de los papiros de El-Abarca (“por entonces yo no era todavía su secretario”, me aclaró), pero de ninguna manera se encontraban en el archivo de Cock. Le dije que lo extraño era que el único que habría podido ver, tal vez, los textos griegos era el traductor español José Luis Abreu Villalonga que había hecho una retórica traducción(1) en verso publicada en “La Cibeles” en 1950, después de la guerra. Sevigny puso una cara de extrañeza
indescriptible al escuchar ese nombre, como si yo me hubiera atrevido a evocar al enemigo número uno de Bally Cock o, quién sabe, del mismo Sevigny.
Por lo que sé, Abreu Villalonga había tenido diferencias grandes con Cock, al menos por la interpretación de la autoría de la obra, si no por el título. En 1945, cuando apareció el anuncio del descubrimiento de Bally Cock en Archaeological Review(2) con una simple indicación, “An epic-parodic "chanson‟ was found by Bally Cock in the vally of El-Abarca”, yo también había considerado errónea la opinión del arqueólogo inglés que interpretó αρίστ....... por Aristón, filósofo peripatético de la época en que se habría escrito el poema, alrededor de 230 a.C., y no por ejemplo Aristágoras, que fue un escritor cómico, aunque es cierto que su ubicación es totalmente incierta en cuanto a lugar y tiempo. Yo tenía también un serio problema con la interpretación de ....ληνη, que a mi juicio de ninguna manera podía ser Mitilene (y menos en caso dativo con una clarísima iota suscrita), sino que se refería a Galena (es decir “para Galena”), una nereida de la que se habla en buena parte del poema.
Pero me estoy alejando de la cuestión porque en esa época en que Europa pensaba nada más que en la desolación de la guerra, ¿qué podía importar lo que pretendía discutir un argentino desconocido como yo desde un territorio tan austral con un arqueólogo inglés que, además, hacía por lo menos dos décadas que no pisaba su propio país? Bally Cock no respondió jamás a una sola carta mía, por supuesto. Ni siquiera cuando volvió a Cowley y, si no me equivoco, ese francesito guapo de Jean-Claude Sevigny ya vivía con él como “secretario” o como lo que sea.
Cuando visité a Sevigny por segunda vez, en 1976, la situación pareció cambiar; me dijo que se acordaba de mi nutrida correspondencia con el arqueólogo; me dio el detalle de los desteñidos sellos postales con la cara de San Martín, y una foto que se me había ocurrido mandarle (me la había sacado mientras trabajaba en cueros bajo el fuerte sol de Purmamarca, cosa casi de adolescente). El francés me aseguró con elegancia que todo estaba perfectamente archivado, y añadió, mirándome de reojo, que yo tenía, por aquel entonces, un cuerpo admirable. El dato no dejó de resultarme más que curioso, porque nada tenía que ver con el famoso poema del que
hablábamos.
Lo cierto es que me puse en campaña para conectarme en Málaga con el traductor Abreu Villalonga. Pensé que iba a ser el camino más fácil. Estábamos en mayo de 1977. Lo logré en un cóctel de investigadores. Apenas si nos intercambiamos algunas palabras, pero no pasó nada. Traté de coquetearle un poco y pude entender, a pesar de su parquedad, que el manuscrito lo tenía Sevigny y habían acordado verse al mes siguiente por ese motivo.
Quise, entonces, ganarle de mano al español, y busqué el modo de encontrarme otra vez con el señor Jean-Claude, que por entonces se había retirado a Nantes. Pero fue imposible. Ni llamadas telefónicas ni cartas tuvieron eficacia alguna.
Decidí hacer finalmente un viaje a Nantes, en una de mis estadías romanas, para ver si, golpeándole a la puerta, Sevigny me recibía. Pero por ese entonces, y estoy hablando de junio de 1977, Sevigny ya no me hubiera podido atender porque había muerto, de un infarto parece, algunos días antes, como me explicó la portera de la Rue des Fleures, 36, probablemente coincidiendo con la visita de Abreu Villalonga.
Podrá advertir el lector que con este poema no he tenido muy buena suerte que digamos. Ya desde el título, que por respeto a su descubridor, Bally Cock, he seguido manteniendo como La Proctomaquia. No es ocioso discutir, por ejemplo, el significado de las letras que quedaron inicialmente πρωκτομ...., ya que bien podría tratarse de la Proctomanía(3), es decir, “La locura de los culos” y no “La batalla de los culos” puesto que de este enloquecimiento(4) se trata en forma expresa y será la definición de la guerra. Con este poema, decía, he tenido bastante mala suerte, muy mala suerte. ¿Todo, quizá, por empecinarme en un texto sospechosamente falso y al mismo tiempo casi absurdo para la mentalidad actual? Pero, en fin, eso es lo que lamento como resultado de mi especialización en un país como este, al que no le interesan los culos de nadie, menos los de Dioniso, Apolo y Ares que son los que están en cuestión.
Respeté también el subtítulo, El cantar de los culos; creo que fue ocurrencia de Abreu Villalonga, pero seguramente sugerido por la etiqueta del género "chanson" que el mismo Cock le pegó al anunciar el hallazgo. Me pareció, al principio, un intento algo ingenuo de leer la obra desde el Cantar de Mío Cid o, en todo caso, la Chanson de Roland o, si se quiere, desde el Roman de Renart. En este último caso, sería original acercarlo al género "roman" de la Edad Media francesa, e incluso, por qué no, al mismo romancero español. ¿No quedaría mejor hablar de La Proctomanía. El romancero de los culos? Pero suena mejor La Proctomaquia. El cantar de los culos. Y así quede.
Sí, mi mala suerte ha sido absoluta con este poema, cantar de gesta, romancero o lo que se quiera, o tal vez una pura falsificación, como para no encontrar editorial que aceptara publicar mi versión, considerada poco más o menos una profanación del inglés de Cock y de su traducción rimbombante al español. No me han quedado muchas más alternativas que retocar un poco el castellano de Abreu Villalonga con el británico victoriano de Bally Cock. En realidad confieso que me he dado el gusto de llamar al culo culo y no trasero o nalgas, como en estas versiones
puritanas. ¿O no hay una palabra para cada cosa?
Sin embargo, lo más importante era confrontarme con el texto griego. Y así lo hice. En otro momento hablaré de este asunto. Lo que sí puedo afirmar, aunque parezca un poco presumido, es que ésta es la versión definitiva.
Horacio Argüello
septiembre de 1977
(1) No quiero pensar que la traducción de Abreu Villalonga sea sólo y simplemente una traducción del texto inglés, publicado por Cock en la Colección Victorian Old Texts. London, Oxon.Univ.Stud.,1946.
(2) Archaelogical Review. Vol. XXXVIII (I). London, Camb. Press, march 1945. page 23
(3) Según Hédilo de Samos, el mismo Calímaco nombraría en el libro 117 de sus "Pínakes" a la
Proctomanía como un poema cómico de Riano de Creta, que sigue a continuación de su Heraclea, obras lamentablemente perdidas. La función de Heracles como juez en la disputa del culo más bello entre los tres dioses es esencial, ya que en realidad, el gran héroe que no termina de llorar la pérdida de su Hilas en la expedición de los argonautas, es el que, al parecer del autor, tiene un culo mucho más hermoso que el de los tres dioses rivales. ¿Se tratará de esta obra? Lamentablemente en los papiros de El-Abarca, que el arqueólogo inglés clasificó como Cock Frag. 64/127 aparecen esas sílabas, ARIST... ...LENE, que nos llevan a otras hipótesis que nada tienen que ver con Riano de Creta, Hédilo de Samo o Calímaco.
(4) Podría decirse que "manía", μανια, como enloquecimiento sacro, porque de esto se trata, está más cerca del furor de Aquiles, la "menis", μηνις, a través del verbo "mainomai", μηνις. Es más que claro, como lo iremos haciendo ver en todo el texto con mis notas, que este Aristón, Aristágoras, Riano o quien sea, quiere seguir los pasos de la Ilíada como se le podía ocurrir a cualquier poeta alejandrino que intentara hacer una Proctomaquia o una Proctomanía, como más le guste al lector. No olvidemos que a Homero se había atribuido una Batracomiomaquia, casi de seguro la madre adoptiva de este poema paródico. No por nada los cantos de la Proctomaquia son doce, la reducción típicamente helenista de los veinticuatro cantos homéricos.

ARGUMENTO DEL POEMA
El poema comienza, según la tradición homérica, con una invocación a las Musas de Pieria, en especial a Calíope, madre de Orfeo. De inmediato se enuncia el tema, un certamen entre Dioniso, Apolo y Ares para ver quién de ellos tiene el culo más hermoso, promovido por Hermes y Afrodita. El juez es Heracles, quien al fin será proclamado “megaloproctos”, de gran culo, iniciando así el culto particular de las fiestas llamadas Procteas en su honor.

Cada vez que silba el viento, abandonados en el Pritaneion de Delfos, conversan entre sí los “proctoaspidisquiones” o escudos en forma de culo. “Culo Prohibido” dice haber sido hecho por el mismo Hefesto y haber estado en manos de Orfeo, por lo que conoce los cantos de éste sobre la contienda de los culos de los tres dioses, supervisados por Heracles. A “Culo Prohibido” lo escuchan otros cinco escudos: “Culo Difícil”, “Culo Lánguido”, “Culo Cerrado”, “Culo Caído” y “Culo Pelado”, todos en miserable estado de abandono, que alternan y preguntan al relator. “Culo Prohibido” les canta la canción de Orfeo que se cantaba en las Procteas y les cuenta cómo se desarrollaban esas fiestas en honor de Heracles Megaloproctos, y cuál fue la historia de este culto particular del héroe. “Culo Prohibido” será entonces el relator de esta historia (canto I).
La nereida Galena se apura para llegar hasta Hermes y contarle que Afrodita ha emprendido el viaje ya que quiere reclamarle por las burlas de él y de su hermano Apolo, cuando la diosa cayó con Ares en la trampa que le tendiera su marido Hefesto.
Llega Afrodita, en efecto, y Galena debe esconderse. Pero lejos de existir recriminación por parte de Cipris, Hermes y la diosa del amor terminan en el lecho, concibiendo a Hermafrodito. Galena decide vengarse. Pero no es todo. Hermes propone la realización de un concurso de culos divinos, así como lo hubo de diosas, para que ella pueda tener en sus brazos a Apolo. Serían convocados también Ares, su amante, y Dioniso que no tendría excesivo interés en la diosa. Como juez se propone a Hefesto, ya que siendo marido de Afrodita, no sospecharía en las intenciones de la diosa (canto II).
Hefesto rechaza la invitación, debido a que por su odio a Ares, no podría ser un juez ecuánime; propone que se invite a Hércules, glorioso héroe, que lo haría mejor que el mismo Paris en otros tiempos. Se compromete a colaborar, elevando un monumento de bronce al vencedor. Galena corre a avisar, antes que a nadie, a Dioniso que está en la India, quien recibe la noticia de buen grado (canto III). La nereida va luego a Delos para contarle también a Apolo. Ante la llegada de Hermes, Galena, llena de rencor, se oculta en las rocas cercanas y debe escuchar las burlas y maltratos de que es objeto. Hermes trata de convencer a Apolo que Afrodita está interesada en él. Hermes se llega también hasta el campamento de Dioniso, que ya había sido avisado por la nereida, y prueba la fuerza de la seducción dionisíaca (canto IV). Galena visita a Ares para contarle la preparación del concurso y lo pone en sobreaviso acerca de las relaciones amorosas de Afrodita con Hermes. Cuando la diosa del amor se encuentra con su amante Ares, advierte que está en pie de guerra y consigue aplacarlo con sus artes amorosas (canto V).
Es Iris la que va a Etolia para proponerle a Heracles que sea juez del certamen de culos divinos. Más tarde aparece Galena para contarle al héroe lo que se está tramando. Heracles la somete lascivamente, pero la relación se interrumpe ante la aparición del peligroso centauro Neso (canto VI). Finalmente los tres contendientes se encuentran a orillas del río Acis en Sicilia. Participa también Hefesto, que promete sólo levantar un monumento al ganador. Hermes y Heracles llegan después; este último acaba de matar al centauro Neso que quiso violar a su mujer Deyanira. Al fin se presenta Éride, la Discordia, y como lo había hecho en el concurso de las diosas, ofrece un premio, esta vez una pera de oro. Enseguida los tres dioses se pelean por la custodia del regalo pero Hermes decide entregarlo a Heracles como juez. Hermes convoca a los concursantes para la primavera en el valle del río Eveno, y los tres se retiran desafiantes (canto VII).
Con una nueva invocación a las Musas se retoma el relato. En escena está Hefesto que, ante las presiones de Ares, amante de su mujer, promete forjarle un “proctoaspidisquión”, es decir un escudo en forma de culo. Al enterarse Apolo y Dioniso, exigen ellos también al herrero divino el propio “proctoaspidisquión” (canto VIII).
Es la época de la primavera. Galena busca a Heracles en los montes cercanos al río Eveno; el héroe la vuelve a requerir en amores, pero son descubiertos al fin por la desesperada Deyanira. Mientras tanto van llegando al valle del río las diosas invitadas, a la cabeza Hera con su gran cortejo. Cada diosa tiene su favorito (canto IX). De pronto cunde el temor cuando advierten que Ares y Apolo avanzan con sus tropas con ánimo más de hacer la guerra que de concursar. De hecho se traban en batalla y Ares lleva las de perder ante las flechas certeras de Apolo y su hermana Artemisa (canto X). Finalmente interviene Dioniso pero su manera de hacer la guerra es muy otra, ya que provoca un enloquecimiento general entre los contrincantes y los espectadores. Sólo la intervención de Zeus y el anuncio de la muerte de Heracles pone fin a la guerra de los culos (canto XI).
Iris y Hermes cuentan cómo fue la muerte del héroe a manos de la desgraciada Deyanira, quien le hizo vestir una túnica con la sangre del centauro Neso, creyendo que recuperaría su amor, y cómo Zeus lo glorificó elevándolo al Olimpo. Hermes, a nombre de Afrodita, propone que se lo proclame vencedor del certamen. En una gran procesión funeraria, llega Deyanira trayendo la pera de oro, que Afrodita reserva para el monumento que se le erigirá como triunfador, invocado ahora como “megaloproctos” o de gran culo. Todos los años se celebrarán entonces las Grandes Procteas, fiestas en honor de Heracles Megaloproctos (canto XII).

CANTO I
INVOCACIÓN A LAS MUSAS Y TEMA DEL POEMA
Me urgís, amadas Piérides(5), a cantar lo que no podría hacer sin vuestra ayuda,
aunque variada es la experiencia de los hombres que transitan por la tierra,
sea que la borrachera provoque el delirio de la danza y la alegría(6),
sea que el sol pinte paisajes de oro, esmaltados de pájaros cada madrugada,
sea que la guerra temple el grito, y el coraje de los caballos tracios aturda de furia el suelo.
¿Quién puede cantar la hazaña del guerrero, quién la paz de la mañana, quién la locura de las fiestas,
si vosotras, Piérides amadas, no sopláis sílaba a sílaba el aire que respira el poeta?
Venga a mí Calíope para entonar un himno a la increíble hazaña de Heracles Megaloproctos;
que suene a mi oído la dulce flauta de Euterpe que provoca el deseo de los hombres;
con paso rítmico salte Terpsícore el baile licencioso de las nalgas ligeras;
haga cantar Erato, entre estruendos corales, a los redondos vozarrones de los traseros;
Talía, con su máscara ridícula, nos haga reír a pie suelto y a cuerpo desnudo;
tú, la más excelsa de las Musas, sonora Calíope de lira firme,
con las restantes vecinas del Olimpo que habitan Pieria y recorren el mundo,
llama a tu hijo, el melodioso Orfeo(7), para que temple su cítara de nueve cuerdas
y nos cante cómo fue la locura de los culos más bellos(8), cómo en certamen,
movidos por la astuta Afrodita(9) de sonrisa falsa, midieron su esplendor
el delirante Dioniso que golpea el suelo con su tirso al son de gritos de júbilo,
el resplandeciente Apolo de aljaba de oro que descorre las luces cada día
y el valeroso Ares, cuyos gritos horrorizan a los valles y collados,
ante el juicio certero del héroe que deja sin aliento a los hombres, Heracles Megaloproctos(10).
Custodien este camino que recorro los muchos hermas(11) que me acompañan,
y me recuerden que quien tuvo la ocurrencia de tamaña contienda, el dios mensajero Hermes,
así quedó plantado en los senderos, solo el rostro vigilante, con mucho falo pero nada de culo.

(5) Las Musas eran llamadas también Piérides por habitar en Pieria, Tracia, cerca del Olimpo. Según una tradición eran nueve, hijas de Zeus y Mnemosine. El texto menciona sólo a cinco relacionadas de alguna manera con las intenciones del poema. Desde Homero (Ilíada I, 1 y Odisea I, 1) ha sido una costumbre en la poesía épica occidental comenzar con una invocación a las Musas.
(6) Metafóricamente en este verso se está hablando de Dioniso, así como en el siguiente de Apolo y en el verso 5 de Ares. En el verso 6 se recapitulan estas tres perspectivas. Dioniso, Apolo y Ares son los tres contendientes del concurso y los que entrarán en guerra por ese motivo.
(7) Más adelante (I, 94) se va a decir que el himno de las Procteas era del mismo Orfeo.
(8) El texto, como se ve, habla de “la manía o locura de los culos”; por eso creemos que éste pueda ser el título del poema, Proctomanía.
(9) El autor resume en los próximos versos el contenido del poema, muy de gusto homérico, presentando a los protagonistas de la historia: Afrodita como aparente organizadora, movida por Hermes que da la idea, Apolo, Dioniso y Ares, los contrincantes, y finalmente Heracles como juez, quien, sin pensarlo, será proclamado vencedor.
(10) Epíteto permanente de Heracles en este poema paródico es “megaloproctos”, adjetivo formado con dos palabras, que quiere decir “de gran culo”, ya indicándolo como vencedor póstumo del concurso.
(11) Hermes es el heraldo de los dioses y el dios del comercio y, por ende, del correo y los caminos. En las encrucijadas de las rutas se solía poner en su honor un busto sin cuerpo pero con un sexo notable denominado “herma”. La referencia del autor a los hermas sin culo son el primer toque directo de humor de este poema paródico.
La "PROCTOMAQUIA" o "EL CANTAR DE LOS CULOS"
POEMA ÉPICO-PARÓDICO de Aristón de Mitiline
Versión y notas de Horacio Argüello
Edición a cargo de Wenceslao Maldonado
Wenceslao Maldonado

Voces en la penumbra
He descubierto a este escritor y poeta, hace poquísimo tiempo, concretamente el día dos de diciembre de este mismo mes en que nos hallamos, lo descubrí al buscar traducciones autorizadas para los poemas de Anacreonte, con el fin de hacer una entrada en el blog Itaca,y encontré una joya:"ENTRE AFRODITA Y EROS", y ya no pude resistirme a él, he señalado la fecha, porque considero que es uno de los mas felices descubrimientos que he hecho en la Red. Wenceslao Maldonado(Buenos Aires, 1940),es una de esas voces tenues, que en este blog etiquetaremos como "Voces en la penumbra", se trata de escritores o escritoras con poca visibilidad, y en el caso que nos ocupa, totalmente inmerecida. Su vida,la humana y la intelectual, es riquísima, y le capacita para subvertir cualquier tipo de "valor" que los seres humanos, a veces muy cómodamente, damos a las cosas, y lo que es peor,con ciega ignorancia a las relaciones humanas.
En ""LA PROCTOMAQUIA" O "EL CANTAR DE LOS CULOS"",hay un magnífico trabajo de orfebrería literaria,sobre un metal precioso, que hará las delicias de cualquiera que aprecie "el coito del fondo y la forma, en la escritura sobre temas "escabrosos"".Dicen que los clásicos, escriben cómo les da la gana y sobre lo que les sale del soplete, yo he puesto a Wenceslao Maldonado, entre mis clásicos.

Su página Web. Todo está en la foto.
Aquí
"Entre Afrodia y Eros".
Aquí "El club de Osos de Buenos Aires".
Aquí sobre "las voces tenues".
Aquí, un fragmento de "La Proctomaquia", en pdf.
Aquí, "Epitalamio de las ninfas del río Eveno", en Ítaca.
Aquí, "Himno de los culos", en Ítaca.
Sobre él, aquí.

Comprar el libro, aquí.


2 comentarios:

Adivinanzas dijo...

Intersante.

Ar Lor dijo...

Por delante y por detrás.
Un saludo